¿Qué me hacés Julito????
¿Alguien se habrá preguntado esto? Lolita misma, ¿se lo habrá preguntado?
“La Maestra Enamorada”(1960) no es de mis “imprescindibles” pero le tengo cariño porque fue la primera película que vi en mi vida en un cine. Y la primera vez que vi a Lolita en colores. Dejando este detalle aparte me parece que es una película básicamente para ver y escuchar a Lolita. Justamente dentro de ese contexto contemplativo me di cuenta de algo, de una situación “de arrastre”, de una censura encubierta ( ¿inadvertidamente encubierta?) : en ese ambiente que ya se perfila sesentista por la moda, el decorado del salón y una atmósfera muy de la época asistimos a una escena que ya comienza con un mal presagio: apenas empienzan los acordes de Molinos de Viento en versión “boite” (para no desentonar con la época), una escena interfiere en la secuencia que tenemos en puerta, unos señores comensales se sientan a la mesa y aparentemente todo no va a quedar ahí.
“Molinos de Viento” fue presentada como “opereta española” y estrenada en 1910; su autor, Pablo Luna como otros de la época denominaron estas obras bajo el nombre de opereta en parte porque no se desarrollaban en España, Molinos de Viento está ambientada en Holanda, y por otro lado para “despegarse” de las posibles conexiones de la zarzuela con el género revisteril, de hecho en 1910 se estrena también “La Corte de Faraón” de Vicente Lleó que aun ahora, cien años después se sigue representando y sigue resultando magnífica en su género. El pasaje de “Yo he pasado la vida en un sueño” aparece en la “opereta” en el dúo de Margot y Romo. En medio de un equívoco Margot lee esta carta de amor. La melodía inspiradísima se repite hasta terminar la opereta en diferentes circunstancias. Es decir no es estrictamente una romanza o un aria sino un pasaje que actúa como leit motiv. Lolita incluye esta versión “romanza” de “Yo he pasado…..” en dos películas, la primera en “La Maestra Enamorada” con este estilo intimista y la segunda en “Ola Eterna” (de Ritmo Nuevo y Vieja Ola en 1965), con un formato más tradicional.
Ambas versiones son magníficas. Lolita, como es habitual, se pone al servicio de la obra y no solamente aprovecha íntegramente cada nota y cada palabra de, en este caso, los talentosísimos Frutos y Luna sino que también la potencia con su arte logrando dos versiones exquisitas. La única que fue editada en versión de estudio fue la de la banda de sonido de Ola Eterna con la Orquesta de Tito Ribero y que lleva unos 40 años fuera de catálogo pero que espero, fervientemente, nuestros amigos lectores puedan acceder a ella a través del blog. Es oportuno agregar que anteriormente ya había grabado, también de “Molinos de Viento”, la serenata del barítono “Qué tienes en la mirada”, así como otras romanzas de diversas zarzuelas que continuó cantando a lo largo de su carrera.
En “Ola Eterna” Lolita está espléndida, bellísima, es el centro de la escena que se desarrolla en un gran salón y ante los ojos de todos canta esta romanza con propósito seductor y con evidente intención de homenajear al “agraviado galán” quien en esta ocasión era Jorge Salcedo, un verdadero galán maduro.
Todo es muy diferente en “La Maestra Enamorada”, María Elena (la maestra) se encuentra con el Ingeniero Ledesma en ese salón del hotel y la escena está centralizada, o por lo menos debería estarlo, en ellos. Alejandro Rey era tan joven como Lolita y un verdadero morocho argentino muy buenmozo que sinceramente“le quedaba muy bien” a nuestra homenajeada permanente. La escena es entre dos jóvenes que están seduciéndose, sorprendiéndose y enamorándose. El arreglo musical de “Yo he pasado….” conserva el espíritu de la obra y se adapta al estilo de música de salón de los 60’. Lolita ya es una mujer de 30 años, muy atractiva y su gestualidad tanto en su canto como en lo corporal es delicadamente sensual, el acercamiento progresivo y la intimidad de la pareja bailando va construyendo el clima ideal para la revelación del amor…. Todo es sutilmente erótico salvo (o hasta) que los comensales que nos sorprendieron al inicio de la secuencia interfieren visualmente para jugar un “gag” mientras se escucha a Lolita en su canto de amor. ¿Puede haber algún motivo estético o narrativo que justifique semejante golpe bajo? ¿Podrá ser que la antigua restricción contractual de la época de don Pedro haya llegado a tanto? Julio Saraceni, consciente o inconscientemente percibió que esta escena era un crescendo que se iba escapando de la manos y que sólo boicoteándola, podía obviar no llevarla “ a mayores”. Un beso, un tarascón, algo. “Magistralmente” la inclusión del gag corta el peligroso clima transgresor.
De todas maneras, entre ambas “Yo he pasado la vida en un sueño” me sigo quedando con esta versión, la que Julito nos dejó.
¿Alguien se habrá preguntado esto? Lolita misma, ¿se lo habrá preguntado?
“La Maestra Enamorada”(1960) no es de mis “imprescindibles” pero le tengo cariño porque fue la primera película que vi en mi vida en un cine. Y la primera vez que vi a Lolita en colores. Dejando este detalle aparte me parece que es una película básicamente para ver y escuchar a Lolita. Justamente dentro de ese contexto contemplativo me di cuenta de algo, de una situación “de arrastre”, de una censura encubierta ( ¿inadvertidamente encubierta?) : en ese ambiente que ya se perfila sesentista por la moda, el decorado del salón y una atmósfera muy de la época asistimos a una escena que ya comienza con un mal presagio: apenas empienzan los acordes de Molinos de Viento en versión “boite” (para no desentonar con la época), una escena interfiere en la secuencia que tenemos en puerta, unos señores comensales se sientan a la mesa y aparentemente todo no va a quedar ahí.
“Molinos de Viento” fue presentada como “opereta española” y estrenada en 1910; su autor, Pablo Luna como otros de la época denominaron estas obras bajo el nombre de opereta en parte porque no se desarrollaban en España, Molinos de Viento está ambientada en Holanda, y por otro lado para “despegarse” de las posibles conexiones de la zarzuela con el género revisteril, de hecho en 1910 se estrena también “La Corte de Faraón” de Vicente Lleó que aun ahora, cien años después se sigue representando y sigue resultando magnífica en su género. El pasaje de “Yo he pasado la vida en un sueño” aparece en la “opereta” en el dúo de Margot y Romo. En medio de un equívoco Margot lee esta carta de amor. La melodía inspiradísima se repite hasta terminar la opereta en diferentes circunstancias. Es decir no es estrictamente una romanza o un aria sino un pasaje que actúa como leit motiv. Lolita incluye esta versión “romanza” de “Yo he pasado…..” en dos películas, la primera en “La Maestra Enamorada” con este estilo intimista y la segunda en “Ola Eterna” (de Ritmo Nuevo y Vieja Ola en 1965), con un formato más tradicional.
Ambas versiones son magníficas. Lolita, como es habitual, se pone al servicio de la obra y no solamente aprovecha íntegramente cada nota y cada palabra de, en este caso, los talentosísimos Frutos y Luna sino que también la potencia con su arte logrando dos versiones exquisitas. La única que fue editada en versión de estudio fue la de la banda de sonido de Ola Eterna con la Orquesta de Tito Ribero y que lleva unos 40 años fuera de catálogo pero que espero, fervientemente, nuestros amigos lectores puedan acceder a ella a través del blog. Es oportuno agregar que anteriormente ya había grabado, también de “Molinos de Viento”, la serenata del barítono “Qué tienes en la mirada”, así como otras romanzas de diversas zarzuelas que continuó cantando a lo largo de su carrera.
En “Ola Eterna” Lolita está espléndida, bellísima, es el centro de la escena que se desarrolla en un gran salón y ante los ojos de todos canta esta romanza con propósito seductor y con evidente intención de homenajear al “agraviado galán” quien en esta ocasión era Jorge Salcedo, un verdadero galán maduro.
Todo es muy diferente en “La Maestra Enamorada”, María Elena (la maestra) se encuentra con el Ingeniero Ledesma en ese salón del hotel y la escena está centralizada, o por lo menos debería estarlo, en ellos. Alejandro Rey era tan joven como Lolita y un verdadero morocho argentino muy buenmozo que sinceramente“le quedaba muy bien” a nuestra homenajeada permanente. La escena es entre dos jóvenes que están seduciéndose, sorprendiéndose y enamorándose. El arreglo musical de “Yo he pasado….” conserva el espíritu de la obra y se adapta al estilo de música de salón de los 60’. Lolita ya es una mujer de 30 años, muy atractiva y su gestualidad tanto en su canto como en lo corporal es delicadamente sensual, el acercamiento progresivo y la intimidad de la pareja bailando va construyendo el clima ideal para la revelación del amor…. Todo es sutilmente erótico salvo (o hasta) que los comensales que nos sorprendieron al inicio de la secuencia interfieren visualmente para jugar un “gag” mientras se escucha a Lolita en su canto de amor. ¿Puede haber algún motivo estético o narrativo que justifique semejante golpe bajo? ¿Podrá ser que la antigua restricción contractual de la época de don Pedro haya llegado a tanto? Julio Saraceni, consciente o inconscientemente percibió que esta escena era un crescendo que se iba escapando de la manos y que sólo boicoteándola, podía obviar no llevarla “ a mayores”. Un beso, un tarascón, algo. “Magistralmente” la inclusión del gag corta el peligroso clima transgresor.
De todas maneras, entre ambas “Yo he pasado la vida en un sueño” me sigo quedando con esta versión, la que Julito nos dejó.
Que alguien sea fanática ES! Sí, de LOLITA, Genio y Figura. Nos hace ver "el DETALLE!. Bueno, sirve el fanatismo, para ver los árboles que perfuman el BOSQUE grande y rico de la filmografía de LOLITA. ¡ADELANTE CVOZZA! Siga espiando, nos hará ver cosas que hace años miramos sin ¡DARNOS CUENTA!!! ELENA RIVERA.
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