El 24 de agosto de 1968 me llevaron a ver Según Pasan los Años, digo me llevaron porque yo tenía 11 años y a pesar de haber ocurrido una pérdida, una muerte muy inesperada e importante en mi familia,me llevaron a ver a Lolita.
Fue la primera vezque entré al TeatroAvenida, teatroquepor muchos motivos, ya sea por las infinitas temporadas de zarzuela o en los últimos años las de ópera seguí frecuentando siempre,el bautismo fue completo:Lolita + el que después sería uno de los dos teatros de mivida .
Creo que esa tristeza de fondo también contribuyó a que el gran acontecimiento fuese mucho más luminoso y me aferrara a cadasonido e imagen porque es increíble que recuerde tantos detalles,algunos puede serque los haya inventado, pero los recuerdo todos, los reales y los inventados.
Prescindiendo de todofanatismo (!!!!),mi archivo de memoria “real” me dice que debe haber sido un acontecimiento teatral de importancia,esa tapa de la Revista 7 días y la nota no eran para cualquiera,Lolitaestaba preciosa tenía
38 años que es una edad espléndida y ella lo estaba, creo que fue un punto culminante en su carrera y es muy lamentable el no tener acceso a algún momento de aquella actuación si es que existe en algún archivo privado.
Lo únicoque surgió fue este reportaje un tanto confuso pero expresivo y espontáneo como espontánea es la carcajada de Lolita.
Nos pareció simpático incluirlo porquesi bien es un tantofugaz da una semblanza de la época. Demás está decir que espero que los nostálgicos no se derrumben al veruna “estrella” con ese glamour ,esa distinción en la expresión, con ese castellano tan bien articulado y fonéticamenteunamúsicapara los oídos…. y a su entorno tan formal y galante.¡ No se tiren por la ventana!!!!Si quieren consolarse piensen en todo lo que ganamos en comunicación (algo es algo).
Lolita cantaba infinidad de canciones, argentinas, españolas, modernas, antiguas…. Hacía (comoera su costumbre) de abuela, de madre, de nieta , estaba triste, contenta, bailaba…en fin eso erauna cosa de locos.Miles de cambios de escenario, de ropa, desdeuna minifalda hasta un vestido alucinante plateado que jamás se me borró de la cabeza (y esto fue real) para el cierre que dejaba alienado a todo el público ( de ahí vengo yo en esteestado).
En fin nunca, nunca dejaré de agradecer a mi tía y al maridoque tenía en esa época (un ángel del cielo) que a pesar de todos los males aquel sábado 24 de agosto de 1968 me dieron la oportunidad de ver ese espectáculo y ser tan inmensamente felizcomoparaqueme dure para siempre.
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