Lolita Torres, genio y figura

Un sitio para recordarla


Con la firme intención de enmendar el olvido y el vacío en el que semejante artista se ve sumergida, y rescatando esta maravillosa "perla negra" de entre la simple bijouterie, damos comienzo a este blog para su homenaje permanente e indeclinable.


Continuará.....


miércoles, 30 de junio de 2010

Al Norte de la luna

En el tercer acto de "Según pasan los años", Lolita dio vida a Marisabel. Así cantaba el ritmo de los '60, en una canción compuesta especialmente para ella por Palito Ortega.

viernes, 18 de junio de 2010

"Según pasan los años" - Titina - La chica del 17

En el personaje de Isabel, así transitaba su voz por la música de los años '20.

lunes, 14 de junio de 2010

Mujer de Torero

Así cantaba la copla Lolita en su personaje de Maricarmen, ubicado en el año 1900. "Según pasan los años", comedia musical, 1968.

viernes, 4 de junio de 2010

"Según pasan los años"

Podría contar aquel suceso, el de "Según pasan los años" de dos maneras diferentes o, mejor, desde las dos esquinas de una misma calle. En una se encuentra la ficha técnica, en la otra la memoria de la emoción.
La historia cuenta que Lolita Torres debutó en teatro en 1946 con la opereta "Zazá", en la que encarnó a La Bella Otero. Luego, participó en "Petit Café" en el Grand Splendid, con un elenco encabezado por Juan Carlos Thorry, Diana Maggi y Analía Gadé, cuyas recaudaciones se vieron ampliamente favorecidas a partir de la inclusión de Lolita que fue contratada por Thorry con ese objetivo precisamente. En 1952 tiene un protagónico junto a Juan Carlos Mareco con la comedia musical "Ladroncito de mi alma" que con notable frecuencia colgó el cartelito de "no hay más localidades".

La vida la fue llevanto por carrilles tan ajetreados como lo fueron la radio, el cine, dos bodas y varias maternidades, por lo que el teatro y la comedia musical debieron esperar varios años antes de volverse a dar.

Fue recién en 1968 cuando Lolita sintió que podía contraer el compromiso de entrega diaria que el teatro implica. ¡Por fin!!

"Según pasan los años" fue una comedia musical en tres actos y los tres personajes que encarnó Lolita recorrieron épocas diferentes; 1900, 1920 y 1968. Un elenco importante le daba verdadera jerarquía a la pieza teatral: Rodolfo Salerno, Enrique Liporace, Teresa Serrador, Osvaldo Terranova, Adolfo García Grau, son sólo algunos de aquellos nombres. Todos ellos bajo la dirección de Pedro Escudero. Un despliegue escenográfico poco común por entonces, un vestuario destacado y un manojo de canciones cautivantes fue el marco estelar que permitió el lucimiento impecable de su principal protagonista. Habían pasado muchos años desde "Ladroncito de mi alma" y la actriz y cantante había vuelto con todo.

En la otra esquina, refugio de una nostalgia bendita e imprescindible, conviven un montón de recuerdos del día en que vi "personalmente"a Lolita por primera vez. Tenía doce años y una ilusión gigantesca por conocerla. Verla "ahí nomás", tan cerquita de mí -que estaba sentada en la primera fila- actuando, cantando y bailando, en un entorno tan espectacular, produjo en mí un impacto tan fuerte, una conmoción tan intensa, que me dejó llorando durante varios días costándome salir de tan profunda emotividad.

Así la conocí. Así tuve su primer autógrafo. Luego volvería a aplaudirla hasta que me dolieran las manos, siempre de pie, a lo largo de mucho más de un centenar de espectáculos "en vivo". La escuché cantar en distintos escenarios, en variados entornos, diversos géneros musicales, con orquesta y a capella, y por eso digo que es la más grande, la más perfecta, absolutamente irremplazable. Una artista descomunal.

miércoles, 2 de junio de 2010

Otro "Según Pasan los Años"



El 24 de agosto de 1968 me llevaron a ver Según Pasan los Años, digo me llevaron porque yo tenía 11 años y a pesar de haber ocurrido una pérdida, una muerte muy inesperada e importante en mi familia, me llevaron a ver a Lolita.

Fue la primera vez que entré al Teatro Avenida, teatro que por muchos motivos, ya sea por las infinitas temporadas de zarzuela o en los últimos años las de ópera seguí frecuentando siempre, el bautismo fue completo: Lolita + el que después sería uno de los dos teatros de mi vida .

Creo que esa tristeza de fondo también contribuyó a que el gran acontecimiento fuese mucho más luminoso y me aferrara a cada sonido e imagen porque es increíble que recuerde tantos detalles, algunos puede ser que los haya inventado, pero los recuerdo todos, los reales y los inventados.

Prescindiendo de todo fanatismo (!!!!), mi archivo de memoria “realme dice que debe haber sido un acontecimiento teatral de importancia, esa tapa de la Revista 7 días y la nota no eran para cualquiera, Lolita estaba preciosa tenía

38 años que es una edad espléndida y ella lo estaba, creo que fue un punto culminante en su carrera y es muy lamentable el no tener acceso a algún momento de aquella actuación si es que existe en algún archivo privado.

Lo único que surgió fue este reportaje un tanto confuso pero expresivo y espontáneo como espontánea es la carcajada de Lolita.

Nos pareció simpático incluirlo porque si bien es un tanto fugaz da una semblanza de la época. Demás está decir que espero que los nostálgicos no se derrumben al ver una “estrella” con ese glamour , esa distinción en la expresión, con ese castellano tan bien articulado y fonéticamente una música para los oídos…. y a su entorno tan formal y galante. ¡ No se tiren por la ventana!!!! Si quieren consolarse piensen en todo lo que ganamos en comunicación (algo es algo).

Lolita cantaba infinidad de canciones, argentinas, españolas, modernas, antiguas…. Hacía (como era su costumbre) de abuela, de madre, de nieta , estaba triste, contenta, bailaba…en fin eso era una cosa de locos. Miles de cambios de escenario, de ropa, desde una minifalda hasta un vestido alucinante plateado que jamás se me borró de la cabeza (y esto fue real) para el cierre que dejaba alienado a todo el público ( de ahí vengo yo en este estado).

En fin nunca, nunca dejaré de agradecer a mi tía y al marido que tenía en esa época (un ángel del cielo) que a pesar de todos los males aquel sábado 24 de agosto de 1968 me dieron la oportunidad de ver ese espectáculo y ser tan inmensamente feliz como para que me dure para siempre.